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Entre noviembre 2024 y febrero 2025 desarrollamos una residencia escénica en Espacio Txawün de nuestro proyecto de investigación–creación en danza y artes vivas llamado TIEMPO-TIERRA, un proyecto interesado en los modos de relación y existencia.

En el primer periodo de la residencia, durante la primavera, decidimos trabajar en el espacio exterior, profundizando en nuestra investigación filosófica, somática y artística, centrándonos en experimentos de movimiento, prácticas de lectura, activaciones de escrituras, exploraciones basadas en el sitio específico, en materiales y ensamblajes espaciales/ambientales. Estos se fueron transmitiendo nuevamente a la práctica de la lectura, escritura y movimiento, para desafiarlas y enriquecerlas, formando un circuito de investigación-creación entre los modos de pensamiento y acción. Así, empezamos a desarrollar “prácticas de inmediación”, una serie de movimientos menores, partituras y puntuaciones que no son nuestrxs tanto para hacer como nuestrxs para sintonizar. Sintonizar con las fuerzas en constante actualización, con los fenómenos no-humanxs y más-que humanxs del ambiente, para hacernos más sensibles a la presencia de afectos impersonales circulando entre seres y tiempos.

Ya entrando en el verano, fuimos desarrollando un espacio de ensayo con el potencial de crear infraestructura y artificios para nuevos mundos relacionales posibles. A partir de la improvisación y la puntuación, fuimos creando una variabilidad de métodos para componer, a través de proposiciones performativas para volver al movimiento con información que el cuerpo debe descifrar, anticipar, revelar, encarnar, surgiendo un tipo diferente de atención que nos permitió permanecer en la complejidad somática de la partitura como estructura coreográfica, que en mayor medida transita entre la espesura de la presentación de una imagen y su transformación en el tiempo. 

Posteriormente, para organizar los materiales emergentes, nos acompañó Valentina Kappes, quién con generosa sensibilidad y afecto nos orientó en el diseño del escenario especulativo que imaginamos. Juntxs, desarrollamos un plano de composición que comprende el pensamiento como un ejercicio material, un gesto de ganar intimidad con las materialidades del mundo y dónde ganar intimidad es a la vez crear relaciones y conexiones impensadas.

 Para la apertura de proceso, decidimos compartir una práctica de inmediación a modo ingreso a la propuesta escénica que se desarrolló en continuidad a esta. Buscamos activar comúnmente el entorno con los públicos y comunidades de Txawün, abriendo la investigación desarrollada y vivificando una ecología de prácticas que viene de la experiencia sentida de la flexión del tiempo. Recibimos alegremente las sensaciones sentidas compartidas y las reflexiones e inflexiones que circularon.

En el llamamiento por una danza política, ética, y vital, abordamos TIEMPO-TIERRA como un armamento escénico-relacional, como modo de huir, o al menos intentarlo, de esta crisis de la presencia, que es sencillamente el mundo neoliberal tal cual lo conocemos, con sus mediaciones que anulan nuestras potencias y que ha desembocado en un inminente desastre ecológico. 

La creación escénica y la investigación del movimiento nos convoca a crear una ecología de prácticas que nos sensibilice a nuevos modos de habitar el tiempo, de hacer del tiempo, tierra.