Los Públicos son quienes participan de manera presencial en actividades culturales, caracterizándose por su diversidad y heterogeneidad. No son un grupo fijo, sino que se construyen y evolucionan a través del tiempo en su relación con las ofertas culturales. Su comportamiento trasciende lo individual, compartiendo intereses comunes.
Los públicos son esenciales para las organizaciones culturales, ya que su involucramiento fortalece el ecosistema cultural y la cohesión social. Ser público es más que solo asistir a un espectáculo, es una identidad en crecimiento y vinculación. Las Audiencias, en cambio, se refiere a quienes consumen contenidos culturales de manera no presencial, principalmente a través de medios digitales.
Estas se caracterizan por su masividad, diversidad de intereses, preferencias personalizadas, interacción global y acceso asincrónico y omnicanal. La pandemia aceleró su fragmentación y microsegmentación, mientras que su relación con las organizaciones culturales está influenciada por la brecha digital y la economía de la atención.